Nos unimos a la ACdP, recordando el legado el Papa Francisco tras su fallecimiento y su mensaje animándonos a confiar con «esperanza cristiana, que no defrauda»

Nos unimos al mensaje trasladado por parte de la Asociación Católica de Propagandistas para expresar nuestro profundo dolor por el fallecimiento del Santo Padre el Papa Francisco.
Compartimos en estos momentos un sentimiento de orfandad eclesial por la pérdida del Padre y Pastor que ha guiado a la Iglesia en estos tiempos convulsos. Por ese motivo, ofrecemos nuestras oraciones y sacrificios por el eterno descanso de su alma, e intercedemos por él ante el Dios de la Misericordia, la Justicia y la Esperanza a quien sin descanso consagró su vida.
Mensaje del Papa Francisco en el Congreso de Católicos y Vida Pública de 2024
Con gran cariño filial, recordamos hoy las palabras que el Papa Francisco dirigió a todos los participantes en el Congreso de Católicos y Vida Pública de 2024. Hoy leemos, a modo de providencial testamento espiritual, cómo nos animaba en el “propósito de buscar caminos que permitan gestionar las crisis y hacer aflorar una constructiva opción positiva, capaz de motivar el compromiso para superar las crisis y los desafíos, con valentía y con la esperanza cristiana que no defrauda”.
“Sabiendo que nada está fuera del poder de Dios y que Él puede responder a nuestra llamada suplicante”, el Pontífice pidió a los organizadores y a los más de 2.500 asistentes al Congreso, “que no cejen en la oración, confiando plenamente en su Corazón”. Palabras que hoy nos resuenan de un modo especialmente entrañable y vívido.
Asimismo, como miembros del Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia, aguardamos expectantes y en oración este tiempo de sede vacante, hasta el nombramiento de un nuevo Sucesor de Pedro. Y nos unimos a todo el Pueblo de Dios en nuestras plegarias por los miembros del colegio cardenalicio, que pronto se reunirán en cónclave, para que sean dóciles a los influjos del Espíritu Santo.
En este tiempo jubilar, encomendamos el presente y el futuro de la Iglesia a las manos protectoras de María Inmaculada y a San Pablo, patronos de la ACdP y del CEU.